En estos tiempos la mayoría tenemos huertos como un hobby o como un complemento a la economía familiar, pero nada que ver con la concepción que de la agricultura tenían o tienen las sociedades rurales.Lejos de ser una vía de escape a nuestras ajetreada vida, a la hora de manejar el huerto lo hacemos con una mentalidad de urbanitas donde todo se basa en la obtención de resultados y en trabajar para conseguir.
Debemos aprender a observar sin hacer, a seguir y respetar el ritmo de la naturaleza y disfrutar contemplando. Los beneficios no tienen por que ser siempre materiales y quedarse observando el huerto un día de lluvia mientras el agua hace su trabajo puede ser igual de productivo.
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