La simbiosis formada entre las raíces de las plantas y ciertos hongos del suelo se llama micorrizas (= hongos + raíz).
Estos hongos proporcionan a la planta un mejor y mayor acceso a los nutrientes y al agua disponible en el suelo gracias a su extendido micelio (=hifas, filamentos fúngicos muy largos y muy finos creciendo en el suelo).
Esta mejora se explica en parte por la extensión espacial y por el aumento de la interfaz que forma el micelio.
A cambio la planta proporciona al hongo la energía y todas las sustancias derivadas de la fotosíntesis (carbono en forma de azucares). A medida que cada socio saca provecho de la acción del otro, la simbiosis es beneficiosa.
Beneficios potenciales de las micorrizas a las plantas cultivadas.
* Mejora en la absorción de nutrientes, principalmente fósforo y nitrógeno.
* Mejora en la absorción de agua y aumento de la resistencia a condiciones de estrés hídrico.Aumento de la resistencia a condiciones de cultivos salinos.
* Incremento de la resistencia
frente a hongos patógenos del suelo por su efecto antagónico. Una raíz
colonizada por hongos micórricos es difícil que lo sea a su vez por
hongos patógenos.
* Mejoras en la estructura del suelo por los agregados que forman las hifas y filamentos del hongo.
* Efectos hormonales sobre las raíces que aumentan su desarrollo y el de toda la planta.
Tipos de micorrizas:
* Ectomicorrizas: en
ellas el hongo forma una especie de manto con sus hifas alrededor de
las raíces más delgadas de la planta, pero no llegan a introducirse en
sus células, desarrollándose en los espacios intercelulares de la
corteza de las raíces. Son frecuentes en especies forestales donde sus
órganos reproductores pueden sobresalir del suelo, lo que conocemos como
setas y trufas.
* Endomicorrizas: las hifas de estos hongos penetran dentro de las células de las raíces. No forman ninguna estructura observable a simple vista. En los “arbúsculos” se produce el intercambio de elementos nutritivos por carbono, entre la raíz y el hongo.
* Endomicorrizas: las hifas de estos hongos penetran dentro de las células de las raíces. No forman ninguna estructura observable a simple vista. En los “arbúsculos” se produce el intercambio de elementos nutritivos por carbono, entre la raíz y el hongo.
¿Por qué interesan en agricultura ecológica y en qué cultivos?
En agricultura convencional con agroquímicos,
el uso de fertilizantes, insecticidas, herbicidas y el excesivo
laboreo, hace que las condiciones del suelo se vean profundamente
alteradas por lo que las condiciones favorables para el desarrollo de la
simbiosis hongo – raíz desaparece o lo hace de forma muy débil.
En agricultura ecológica,
como no se utilizan productos sintéticos, las condiciones del suelo a
micorrizar son más favorables. Pero para que la infección micorrícica se
produzca de un modo natural, se necesita suficiente inóculo del hongo
en el suelo, que las raíces de las plantas se desarrollen, que la
colonización del hongo se produzca, etc. y todo eso lleva tiempo. Si
cultivamos especies hortícolas, normalmente de ciclo corto, puede
ocurrir que cuando la simbiosis se establezca, el cultivo ya esté
terminado y sus beneficios no repercutan en su producción. Por ello, es
de interés, que el plantón ya esté micorrizado antes del trasplante. La
manera más eficaz y sencilla de aplicar el inóculo en horticultura es en
la siembra: Al sustrato que utilizamos en el Semillero
le añadiremos el inóculo, de modo que desde el momento en que las
raíces emergen de las semillas, entren en contacto con los propágulos
del hongo y establezcan la simbiosis rápidamente. De esta forma cuando
se trasplanta al campo, su sistema radicular ya está perfectamente
micorrizado y podrá a provechar todas las ventajas de la simbiosis.
El ciclo del inóculo micorrícico
Los inóculos micórrícicos, ¿son fitosanitarios o son fertilizantes?
En principio pueden ser tanto fitosanitarios –antagonistas de otros hongos patógenos
de las plantas- como fertilizantes, o mejor, biofertilizantes al ayudar
a la absorción de nutrientes esenciales para las plantas.
¿Cómo preparar nuestros propios inóculos micorrícicos?
Podemos comprar inóculos en el comercio especializado y aplicarlo al suelo. También, a partir de ellos, intentar propagarlos
en nuestras tierras o semilleros o crear nuestros propios inóculos a
partir de tierras ecológicas bien estructuradas y con intensa vida
microbiana.
Pero con este método no podemos estar
seguros del contenido del inóculo autoproducido, no sabríamos su poder
infectivo real ni su composición, ya que podría darse el caso de que el
hongo micorrícico inicial haya sido desplazado por otra especie o haber
desaparecido por un mal manejo.
Los hongos micorrícicos tienen un gran interés en la agricultura ecológica principalmente por la potenciación del sistema radicular
de muchas plantas cultivadas, lo que puede hacer que mejoren las
producciones. Desempeña un papel fundamental para las plantas en
situaciones de estrés, especialmente en zonas de clima árido y semiárido
y en tierras con poca materia orgánica ya que sus hifas fúngicas
empiezan a extenderse gradualmente colonizando a otras plantas y
estabilizando la estructura de la tierra.
Es una técnica de aplicación muy interesante en terrenos en reconversión a la agricultura ecológica o con suelos degradados
por diversas causas. Su efecto es más evidente en las hortalizas,
aunque también sobre los primeros años de los cultivos leñosos.
En un sistema de horticultura ecológica
la máxima autosuficiencia en la producción de fertilizantes,
insecticidas y todo tipo de insumos es la regla ideal para un verdadero
control y máxima productividad. Por ello es necesario la autoproducción
del inóculo partiendo como base la población autóctona de hongos de
nuestras tierras. Esto no solo ayuda a fomentar la biodiversidad
de una huerta o finca en reconversión, sino que además proporciona
cierta garantía de éxito del inóculo puesto que los hongos que lo
constituyen ya están aclimatados a las condiciones locales.
Para producir nuestro inóculo micorrícico casero, deberemos
buscar un lugar con un ecosistema integrado que englobe árboles,
arbustos y herbazal autóctonos, propios de esas tierras y de ese clima,
una tierra con fertilidad propia y
auto-regulada.
Cogeremos parte de esa tierra con toda clase de partículas como
trocitos de raíces micorrizadas, piedrecillas, esporas, hifas de hongos,
etc. para que el poder del inóculo sea lo más efectivo. Después lo
mezclaremos con la tierra del semillero al 25% del total utilizado y
sembraremos nuestras semillas para que el “plantón” producido esté ya
micorrizado antes de llegar al suelo de la huerta. También puede
mezclarse directamente en el suelo y tratar de propagar las esporas e
hifas en el bancal.
Las siembras de esporas también se
utilizan para la pronta regeneración de cubierta vegetal en aquellas
tierras con poca vida propia y en período de reconversión a la
Agricultura Ecológica.
El inóculo aplicado no es un nutriente que se va a agotar,
sino un mecanismo que se ha introducido y continuará beneficiando a los
cultivos en años venideros, con tal de que se trate correctamente.
Mantengamos tan importantes aliados en nuestra tierra de cultivo.
Mantengamos tan importantes aliados en nuestra tierra de cultivo.
vía granjaescuelailusion
2 comentarios:
Me parece un articulo bueno, pero no tiene referencia bibliográfica.
Me parece un articulo bueno, pero no tiene referencia bibliográfica.
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