Las temporas

Las cabañuelas, en Asturies y el norte de España se denominan témporas; son un conjunto de métodos tradicionales que pretenden predecir el tiempo atmosférico a largo plazo.

Desde muy antiguo la Humanidad ha tenido la necesidad de predecir el tiempo y mas las gentes del campo que dependían de el. La observación del cielo siempre ha sido un punto de inicio para muchas predicciones, mitos y temores. En el caso de las témporas, la experiencia y tradición juegan un papel fundamental.Las primeras referencias a estas predicciones son muy antiguas; así en la antigua Babilonia se celebraba la "Fiesta de las Suertes" o Zamuk, en el ceremonial de Akitu del Año Nuevo Babilónico, en la que se predecía el tiempo para cada uno de los doce meses del año.

Hay varios modos de hacer predicciones meteorológicas según las témporas. Uno de los habituales se basa en observar el tiempo que hace durante tres días y, en función del mismo, deducir el pronóstico para toda la estación. En Asturies es bastante usado, especialmente en la zona oriental.Las témporas se corresponden con tres días concretos (miércoles, viernes y sábado) de la semana previa al cambio de estación Así, para saber el tiempo que hará en la estación entrante, bastaría observar el tiempo que hace el miércoles, el viernes y el sábado últimos de la estación saliente.
Es entonces cuando hay que fijarse en los fenómenos meteorológicos para vaticinar cómo serán los meses que vienen. La dirección del viento y la componente que predomina son elementos que ayudarán a completar la predicción. Así, el tiempo que haga el miércoles y el viernes determinarán la situación meteorológica de la primera mitad de la estación, mientras que los vientos que soplen el sábado marcarán el tiempo que reinará en la segunda mitad del período.Las témporas no siempre se miran del mismo modo. Dependiendo de la zona de España en la que se apliquen, existen diversas variantes , con lo que no se trata ni mucho menos de una fórmula exacta. Además, quienes pronostican el tiempo con este método se fijan también en otras señales, como el comportamiento de los animales del campo o la forma de las nubes, con lo que elaborar una predicción sin ser un observador experto es complicado.
Pero, aunque sea una cuestión casi de fe, siguen teniendo seguidores fieles.

«Las témporas no tienen rigor, pero la gente confía en ellas porque no hay predicciones científicas a largo plazo»
Eduardo Román Responsable de la agencia meteorológica vasca Sirimiri