Algo que aun podemos hacer.

Una de las cosas importantes que podemos hacer, es la creación de un banco de semillas particular. Podemos iniciarlo al guardar las semillas de los productos ecológicos que comemos, las que guardamos de buenos y sanos ejemplares de nuestro propio cultivo (siempre que sean especies que no se crucen fácilmente con otras y por descontado las semillas híbridas que mantienen solo una generación sus cualidades; puesto perderíamos la variedad) y las que nos puedan regalar los horticultores locales.
Esto es importante porque la biodiversidad alimenticia está decreciendo; según las Naciones Unidas, durante el S.XX, el 90% de las variedades agrícolas están dejando de ser utilizadas, además el 75% del alimento del mundo está en manos de 4 empresas, que en términos numéricos significa que 3 de cada 4 semillas pertenecen a Monsanto, DuPont, Syngenta, y Groupe Limagrain. Además, la mayoría, sino todas las semillas que venden están modificadas genéticamente, ya que ahí está su negocio, en patentar la naturaleza modificada genéticamente, ya que si no es MGO no puede patentarse y no hay tanto negocio. Además del negocio, también está el control de la población a través del control de la alimentación. Si volvemos a tener semillas, volvemos a tener el control y capacidad de decisión sobre una necesidad básica, la soberanía alimentaria.
Una vez tengamos en marcha nuestro propio banco de semillas podremos intercambiarlas con otro@s agricultor@s o participar en bancos de semillas en la zona.