lunes, 10 de junio de 2013

Ciudadano abeja



En la entrada anterior hablábamos de la importancia de las abejas y sus problemas. Desde la década de 1990 se viene registrando una alarmante disminución de la población de abejas en varios países del globo. Diversos estudios señalaron a las ondas electromagnéticas, los pesticidas, la contaminación y el cambio climático como algunos de los factores que están influyendo en dicho proceso.

Pero acciones como la llevada a cabo en Londres, que actualmente cuenta con unas 3200 colmenas oficiales para la extracción de miel, como resultado de la campaña Capital Bee durante la cual se formo a 51 grupos de ciudadanos en técnicas de apicultura urbana. Además la ciudad ostenta la etiqueta de bee-friendly, que contribuye a que se apueste por sembrar, dentro del núcleo urbano, plantas con mayor floración y sustituir zonas de césped por prados naturales con flores silvestres que sirvan de alimento a las abejas. Evitando además el uso de pesticidas en parque y espacios abiertos de la capital inglesa.


Por si esto fuera poco Philips durante la Semana del Diseño Holandés presento el concepto de Colmena urbana, lo que resulta muy positivo, ya que no sólo permite tener un panal en casa, sino que además alienta el regreso de las abejas a las ciudades (recordemos que en muchas urbes la apicultura fue prohibida) y contribuye a la preservación de la especie.
Este curioso prototipo sostenible y adaptable a cualquier tipo de ambiente está compuesto por dos partes: un pasaje de entrada con una maceta en el exterior que permite la entrada y salida libre de las abejas, y un panal dispuesto dentro de un contenedor de vidrio que brinda la posibilidad de observar el comportamiento de los insectos en el nido sin perturbarlos.
El artefacto facilita la extracción de la miel fresca elaborada por las abejas mediante una cuerda pequeña que se jala hacia abajo. Asimismo, un sistema de humo las calma en caso de que sea necesario abrir el panal.
Su implementación ofrecería diversos beneficios al ser humano, entre los que se destaca el consumo de miel y propóleo de primera calidad. Además, hay quienes aseguran que el observar la actividad de estos laboriosos insectos tiene efectos terapéuticos. Al mismo tiempo, gracias a su presencia las ciudades tendrían mayores niveles de polinización que conducirían al incremento del desarrollo de la vegetación que crece en ellas.

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